Concepto
UN MUSEO IMAGINARIO DE LO INMEDIATO;


EL ARTE de la polaroid-se puede hablar hoy en día, de un arte constituido, con su técnica y sus códigos, sus leyes y transgresiones-,como antes el de la foto, no pudo surgir mas que como "mimesis", como un doble o un simulacro de lo que lo precedió.

Las primeras fotografías se componen, distribuyen sus formas y la intensidad de sus luces y sombras con la teatralidad de los cuadros de la época: retratos de familia rígidos y jerarquizados, naturalezas muertas excesivamente lógicas, evidentes de simetría.

Lo mismo ocurre con las primeras polaroides. Surgen como el reflejo previsible y en el interior del lenguaje preexistente, que es el de la foto, como si lo inmediato del revelado no fuera mas que un añadido técnico, una arrogancia de la mecanización, una comodidad mas, y no una diferencia esencial que, dada la anulación que implica -la del tiempo que tarda en aparecer la imagen-modifica totalmente la panoplia fotográfica en tanto que percepción de la realidad, captación de un momento dado, coincidencia o superposición de ver y de lo visto.

Las imágenes "bombardeadas" -como por un viento solar-de Pedro Uhart, no se limitan a reivindicar la autonomía, el carácter especifico del lenguaje polaroide; van mas lejos: llevan este arte hasta una saturación, o hasta su manierismo, al fijar a sus modelos, jugadores de fútbol, en una paradójica inmovilidad que los convierte en puros receptáculos de energía, cenit de una tensión y de una belleza que se resume en su exhibición muscular. Atletas del vacío: epifanía del cuerpo volcado en el deleite de su danza, en la pureza de una fuerza o de un juego que son también una ostentación.

Mas que de una captación inmediata de la realidad, mas que de una constataciones referente en su fuga, Pedro Uhart nos confronta con imagines sobregiradas, incandescentes, como vistas detrás de una corona solar. Pero no se trata de cualquier imagen, si no de "tomas" que siempre se incluyen en un arte del comentario, de la glosa o de la cita: imágenes de otras imágenes -televisión, tiras cómicas, deporte, pornografía, pintura, otras fotos- que se nos presentan señalando, mostrando el desperdicio o la fatiga que su repetición al infinito, o su copia, implica.

La realidad esta obliterada, o es inalcanzable: la cámara -ese ojo ya naturalizado y digno de toda confianza- no produce mas que imágenes al cuadrado, como si quisiera demostrarnos que el verdadero "sujeto" mas alla del objeto y de su manipulación, de lo visible y de su representación mas o menos fiel,es la "repetición" misma, y que la única imagen verdadera es la que esta remodelada, reescrita.

En lugar de la cámara obscura donde la foto se revelaba en la ingenuidad de su simulacro, en la literalidad de su reproducción, Pedro Uhart trabaja en un especie de "nictografo" donde los negativos son lacerados, agredidos, cubiertos por colores "inadecuados" por formas intrusas, por lo mas halógeno.
Cámara de tatuajes donde la piel que se inscribe es la del celuloide y donde los motivos no enuncian mas que una "ubicuidad acumulada, de la reproducción al infinito de un mundo de repeticiones y de acumulaciones".

Los polaroides de Pedro Uhart, por los nexos que las unen con las representaciones de representaciones, son como una epifanía de lo mas próximo; por su trabajo sobre la memoria visual colectiva serán sin duda las piezas de nuestra imagoteca, un museo imaginario de lo inmediato.

Severo SARDUY
25 Oct. 1983
polaroid SX 70
 
Polaroid SX 70