Pedro Uhart consiguió liberar la pintura de los muros que la mantenían cautiva, creando los Murales Flotantes y enseñandolos en los parques, los jardines públicos o las calles de París, de Nueva York y de otras partes, pero no por eso rehuye, en nombre de la libertad, los muros de las galerías.
Para Verlaine la poesía es música ante todo, para Pedro Uhart, la pintura es color ante todo.
Al superar la tradición cromática del mural, da pleno sentido al color : circundado por
el trazo negro, el color cobra la luz transparente de las vidrieras y se convierte en una expresión dominadora que provoca la emoción, - épica para las Amazonas, -rítmica para los Músicos, - comico-erotico para los Canapés.
Julian Cairol
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